Las expectativas de recuperación tras la pandemia son tan altas, que han llevado a los inversionistas a comprar acciones, estimando que estas tendrán desempeños espectaculares. Actualmente, el índice S&P500 se encuentra aproximadamente a 27.2 veces las ganancias estimadas de sus componentes en los próximos dos años. Como se observa en el gráfico 2 a continuación, ese nivel es similar al que estuvo entre los años 1998 y 2000, momento en el que ocurrió la burbuja de las empresas .com. En ese período se le dio un valor muy alto a compañías que no habían demostrado tener la capacidad para generar las ganancias que se esperaban. La única razón por la que un inversionista compraba estas acciones era por que esperaba que en un futuro cercano, alguien se la comprase a un precio mayor, pero no porque realmente la compañía tuviese éxito en su negocio. Los fundamentales importaban poco y el miedo a quedarse afuera era grande.  A medida que la razón le fue ganando a las emociones, la burbuja explotó y muchas de estas compañías cerraron mientras que  las sobrevivientes vieron como sus acciones se desplomaron.  

Ante las salidas a bolsa de DoorDash (DASH) y AirBnB (ABNB) esta semana a precios difíciles de justificar, otras salidas a bolsa en el año como las de Snowflake (SNOW), y como si fuera poco, las grandes cantidades de capital destinados a levantar las SPAC´s (Special Purpose and Acquisition Companies),  lo ideal es tomar un tiempo para analizar cuidadosamente lo que está ocurriendo. 

Esta temporada de IPO´S coincide con una inyección de liquidez de grandes proporciones por parte de los bancos centrales, en este caso, específicamente la FED (según The Street: de todos los USD que existen, 23,6% fueron creados este año). También, la pandemia también fue capaz de incorporar al mercado una gran cantidad de nuevos inversionistas llamados Robinhooders por que usan la plataforma Robinhood, que no cobra comisiones de ejecución, para realizar sus trades.  Este grupo compuesto mayoritariamente por millenials ha entrado con fuerza al mercado, realizando compras que han inflado las cotizaciones de acciones de empresas que no generan ganancias,  cuyos precios ya superan en varios múltiplos sus ventas a futuro, sin que haya consistencia con sus bases fundamentales. El tema es muy profundo y con muchas aristas, pero hay que tenerlo en mente pues el mercado también vive una nueva realidad. Esta dinámica puede seguir de este modo por un tiempo, pero usualmente hay un evento que dispara una corrección, y es en ese instante que el mercado de forma muy violenta toma a muchos inversionistas expuestos y se impone ante estos desajustes.