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El colapso de FTX

El Especial WMC

Imagen crédito: FTX

El 7 de noviembre circularon “rumores” en la red social Twitter cuestionando la solvencia de los activos en FTX. San Bankman-Fried (SBF), el CEO y fundador de la plataforma que hasta ese momento había sido valorada en $32 millardos, intentó desmentirlos argumentando que un competidor estaba tratando de dañar su reputación. SBF aseguró que FTX no utilizaba los fondos de los clientes para invertir y la capitalización de mercado de activos era superior a los depósitos de los clientes. Lo que SBF omitió es que la capitalización de mercado estaba respaldada en tokens ilíquidos. Tan solo un día después de esas declaraciones FTX suspendió los retiros de sus clientes y luego se reveló que en efecto FTX utilizó los fondos de sus clientes para prestarlos a su filial de trading Alameda Research, cometiendo fraude y violando los acuerdos de términos y servicios de la casa de intercambio. Para mantener las apariencias en los libros de contabilidad, los préstamos que FTX le otorgo a Alameda Research se documentaron con recibos de tokens como colaterales. Esos tokens, cuyo acrónimo es FTT pertenencían a la misma plataforma, y se trata de un activo ilíquido y sin respaldo.

El 11 de noviembre FTX se declaró en bancarrota voluntaria conforme a los términos del Capítulo 11 y SBF renunció como CEO. Esto ocurrió luego de que su competidor Binance, se negó a comprar la compañía. Se nombró un nuevo CEO John Ray, conocido por haber sido quien lideró el proceso de liquidación de Enron, que estaría a cargo de liquidar la compañía. Ray publicó su informe de investigación preliminar este miércoles y dijo: “…nunca en mi carrera he visto una ausencia total de información financiera fiable, y de controles corporativos.

El colapso de una de las casas de intercambio más relevantes de la industria en términos de volúmen de transacciones y de usuarios ha sido un duro impacto en para toda la actividad de criptactivos. Dinero de muchos inversionistas entre los que se incluyen personalidades publicas, y un fondo de pensión de profesores de Ontario, entre otros, desapareció completamente. El argumento base de las criptomonedas es que son descentralizadas y no reguladas. Tras este incidente, muchos usuarios abogan por regular la industria, para intentar evitar que eventos de este tipo se repitan.

Gráfico 2: Organigrama simple realizado por John Ray sobre las empresas manejadas por SBF antes del colapso. Fuente: Financial Times.

Las consecuencias de la debacle de FTX todavía se están desarrollando. El mercado accionario temía que hubiese un efecto de contagio a los mercados, sin embargo esto aun no ha ocurrido. A pesar de ya haber transcurrido una semana desde este hecho, no se descarta que haya efectos secundarios en los mercados.