El combustible de la economía norteamericana es el consumo. Es muy importante seguir el nivel de consumo debido a que este dato es utilizado para la medición del Producto Interno Bruto, además de ser considerado por muchos inversionistas como un indicador que es capaz de pronosticar movimientos bursátiles. Hay varias encuestas que intentan medir de que forma se comporta el consumidor americano. Entre las mas utilizadas se encuentra la encuesta realizada por la Universidad de Michigan que mide la confianza del consumidor preguntándole a mas de 500 jefes de familia su opinión sobre las condiciones económicas actuales y sus expectativas de la economía en el futuro.  Esta encuesta se realiza de forma aleatoria en los 50 estados de Estados Unidos, vía telefónica, mensualmente, y esta compuesta por 50 preguntas. 

A continuación, en línea azul el Índice de Sentimiento del Consumidor de la Universidad de Michigan, y en línea negra el índice S&P500, ambos desde el 2008 hasta hoy. La divergencia en la que se encuentran estas dos líneas en estos momentos llama la atención. La línea roja es la hoja de balance de la FED, que indica la cantidad de estimulo que ha inyectado en la economía, y ha servido de base para que los inversionistas se muestren con poco temor y compren este mercado.

Esta semana, 2.12 millones de personas se declararon desempleadas, y ya suman mas de 40 millones de personas desde la tercera semana de marzo. 

La confianza del consumidor se encuentra en niveles del 2011 y el ahorro personal en Estados Unidos alcanzó un record de 33% en abril. Es el porcentaje de ahorro mas alto desde la crisis financiera del 2008. En abril este fenómeno ocurrió debido a la cuarentena impuesta para contener la pandemia, sin embargo, se espera que a medida que se vuelva a la normalidad, este nivel de ahorro se sostenga. La FED ha inyectado en la economía casi de $3 billones (en ingles: trillions) a la economía desde marzo. Parece que la economía ya no es sostenida por los consumidores sino por los Bancos Centrales.